Eres de los que hace esto mientras duermes? Aqui te decimos el porque.

Aunque parezca una manía un poco rara, asomar el pie tiene su explicación y, de hecho, es una acción adecuada. Sobre todo en otoño y primavera, cuando no hace tanto frío.








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Para poder dormirnos, el cuerpo necesita perder en torno a un grado de temperatura, como explica el neurocientífico Matthew Walker en Why We Sleep (Por qué dormimos). “Por esta razón, te resultará más fácil quedarte dormido en una habitación demasiado fría que en una demasiado cálida”, escribe en su libro.

El cuerpo no solo se enfría en función del ambiente, sino que también usa la piel para bajar la temperatura. En concreto, la de manos, cabeza y pies, donde hay una gran cantidad de pequeños vasos sanguíneos cercanos a la superficie. Estos vasos permiten que la sangre se extienda a lo largo de una gran área cerca del aire y se enfríe.






Es decir, cuando nos vamos a dormir, las manos, los pies y la cabeza, se calientan, con el objetivo es que ese calor se disipe y la temperatura del cuerpo caiga. Pero los pies (o las manos) no pueden librarse del calor si están debajo de una manta. Por eso a veces necesitamos asomarlos antes de sentirnos lo suficientemente a gusto como para quedarnos dormidos.

¿Y qué hay de la gente que duerme con calcetines?

A estas alturas seguro que hay algún lector preocupado por dormir con calcetines incluso en agosto: "¿Acaso mis pies no funcionan como deberían? ¿Están mis piermostatos estropeados?"

En realidad y aunque resulte paradójica, es otra repuesta normal al mismo proceso, tal y como aclara el doctor Francisco Javier Puertas, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Sueño y responsable de la unidad del sueño del Hospital de Lieja (Bélgica). Las personas frioleras tienen sensación de frío, por lo que sus vasos se contraen y el cuerpo no libera calor hasta que se tapan bien y se ponen unos calcetines.






Puertas explica que no se conocen bien todos los mecanismos que influyen en el sueño y en la regulación de la temperatura, pero apunta que el enfriamiento del cuerpo es necesario para facilitar el inicio del sueño y dormir de forma profunda durante la primera mitad de la noche, que es la que está más relacionada con la recuperación de la fatiga física.


En cambio, durante la segunda mitad predomina la fase REM, que está relacionada con el aprendizaje y la memoria, y que es durante la que soñamos. Durante esas horas, la temperatura corporal es más inestable y por eso a veces nos despertamos en mitad de la noche para taparnos.


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