Once personas se aferraban a una misma cuerda que colgaba de un helicóptero,
diez hombres y una mujer.
La cuerda no era suficientemente gruesa
como para soportar el peso de todos, por lo que
decidieron que una persona
debía soltarse. De otro
modo, todos caerían.
No lograban elegir quién
sería esa persona, pero entonces la mujer, con voz
firme, anunció que se ofrecía voluntariamente
para soltarse de la cuerda.
Después de todo, dijo,
estaba acostumbrada a
relegar sus interes propios, ya que:
Como madre siempre daba prioridad a los hijos,
como esposa, anteponía los intereses de su marido a los propios,
Como hija se doblegaba ante su
padre,
Como profesional permitía que
sus jefes obtuvieran el crédito por
sus logros.
´´Como mujer´, dijo
alzando la mirada hacia el infinito y poniéndose
una mano sobre el corazón…, su misión en la
vida era sacrificarse por los demás, sin esperar
nada a cambio.
Eufóricos de emoción y
orgullo, los hombres
rompieron en aplausos…
y se cayeron los muy
idiotas..
Envía esta historia a una mujer
inteligente, para que tenga un
buen motivo para sonreír hoy…
También se lo puedes enviar
a un hombre y
si no lo entiende…
se lo explicamos más tarde…
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Moraleja para los hombres:
Nunca se fíen de la
abnegación de la mujer,
es noble pero no idiota.
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